El bebé en la vigésimo primera semana de embarazo
El corazón del bebé late más fuerte que hace unas semanas. Antes, el médico tenía que utilizar un aparato especial para oírlo, llamado Doppler. Ahora sólo necesita un estetoscopio.
Si le dejan escucharlo puede que no distinga bien el latido del bebé del suyo propio. El ritmo que sea más rápido es el del bebé (120 ó 140 pulsaciones por minuto). Muchas mujeres creen que suena como un caballo al galope.
El bebé empieza a dormir, y siempre prefiere dormir en una determinada posición, según las ecografías: con la cabeza hacia atrás, con la barbilla en el pecho, con las manos apretadas bajo la barbilla…
El bebé mide 23 centímetros y pesa alrededor de 300 ó 350.
La mujer en la vigésimo primera semana de embarazo
Es muy común sentir dolor en la espalda, sobre todo en la zona lumbar. Esto se debe al crecimiento del útero, ya que desplaza el centro de gravedad del cuerpo, tirando de la zona lumbar hacia adelante.
A esto hay que sumarle la acción de la hormona relaxina, que afloja todas las articulaciones y ligamentos del cuerpo, incluidos los ligamentos que sujetan los huesos pélvicos a la columna vertebral. Esto tiene la finalidad de favorecer el parto, ya que permite que la pelvis se distienda, dejando que se acomode la cabeza del bebé, pero provoca dolor de espalda durante los meses que quedan.
Existen trucos que permiten aliviar el dolor de espalda. Al sentarse en el trabajo, para ver la tele… es bueno apoyar los pies en un reposapiés ya que así descansarán las piernas al estar más elevadas.
Otro truco, si tiene que estar de pie, lo mejor es descansar un pie sobre un pequeño taburete para quitar algo de presión de su zona lumbar.
También va bien tomar un baño templado (no caliente). Y si no consigue aliviar el dolor, consulte con su obstetra.
Como en cualquier dieta saludable, la fruta y la verdura son una fuente de vitaminas y minerales muy importante.
Durante el embarazo también, y sino le gustan pruebe a hacérselas en zumos, o mezclándolas con salsa.
Por ejemplo, una receta de acelgas con besamel. Corte los tallos de las acelgas (las hojas puede comérselas con patatas) y hiérvalos. Después sofría en una sartén beicon, cebolla, y mézclelo con los tallos una vez escurridos. En una sartén aparte hacer la bechamel. En una fuente mezclar todos los ingredientes, y añadirle pasas si le gustan. Se puede comer ya así, o echarle un poco de queso por encima y gratinarlo en el horno.
La bechamel, el beicon y las pasas acaparan todo el sabor del plato, y la verdura, aunque no aparezca su sabor en el paladar, sigue estando ahí con todas sus propiedades.