El bebé en la décimo octava semana de embarazo
Esta semana, el feto desarrolla las huellas dactilares, por lo que ya tendrá una identidad propia e inconfundible. Se forman debido a la acumulación de las capas de grasa en la yema de los dedos de las manos y de los pies.
El desarrollo del sistema digestivo lleva varias semanas cumpliendo etapas. El intestino grueso se ha fijado a la pared abdominal, formándose muchas glándulas digestivas. El feto ya traga líquido amniótico, que pasa al estómago y los intestinos. Allí se mezcla con las células muertas y las secreciones formando el meconio, una sustancia viscosa negruzca-verdosa que llenará el primer pañal del bebé.
El feto mide ya de 16-18 centímetros y pesa unos 200 gramos.
La mujer en la décimo octava semana de embarazo
Puede que la gente que le rodea le esté dando demasiados consejos sobre el embarazo: qué comer, cuánto ejercicio ha de hacer… Si además no está de acuerdo, es mejor no dar explicaciones, diciendo un sencillo: Gracias, lo tendré en cuenta, ya que aunque pueda resultar molesto, lo mejor es tomárselo con calma, ya que lo hacen de buena fe.
Además puede que algunos consejos ‘informales’ sean diferentes a las recomendaciones recibidas de su médico, ya que surgen nuevas investigaciones y pruebas.
Si a veces siente mareos no se preocupe. Es debido a que su corazón trabaja un 40% ó 50% más. Sumado esto, junto con la presión cada vez mayor que ejerce el útero sobre los vasos sanguíneos, puede generarle alguna sensación de vértigo ocasional, sobre todo cuando se levante rápidamente. Lo mejor es descansar a menudo, tumbándose sobre el lado izquierdo durante algunos minutos varias veces al día para mantener una buena circulación.
El descenso del nivel de azúcar en sangre también puede causar indisposición. Para evitarlo lo mejor es comer una pieza de fruta.
Puede que empiece a notar los primeros movimientos (entre las semanas 16 y 20). Al ser el bebé tan pequeño, no sentirá fuertes patadas, sino un ligero aleteo.
El flujo vaginal cambia durante la gestación, por lo que es difícil saber si hay una infección. Casi todas las mujeres embarazadas observarán un flujo blanco y lechoso, llamado leucorrea. Esto es normal y aumenta a medida que se aproxima el día previsto para el parto. No obstante, si el flujo cambia de color y consistencia o viene acompañado de mal olor o irritación, puede que exista infección.